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Redacción. Madrid

Jordania: 5 razones para conocerla

Jordania es un país increíble y uno de los destinos más atractivos de Oriente Medio, donde existen rincones ancestrales y enclaves aún sin explorar en lugares como Petra, con tumbas y templos antiguos, la antigua ciudad romana de Jerash, Ammán, su capital, que formó parte de la Decápolis con el nombre de. Philadephia, con teatros, foros y templos, la belleza del Mar Muerto y el apasionante desierto de Wadi Run.


1. Petra

La ciudad olvidada más que presente

Ubicada en el corazón de un grupo de montañas de arenisca roja, la ciudad de Petra es un complejo arqueológico de más de 900 km2 que alberga más de 800 monumentos que puedes descubrir a través de sus numerosas rutas.

Es una ciudad excavada en roca por los árabes nabateos, que la fundaron cuando se establecieron allí hace más de dos mil años. Fue ciudad de paso, por la que cruzaban las rutas de la seda, las de las especias y otras que conectaban a China, la India y el sur de Arabia con Egipto, Siria, Grecia y Roma.

A la ciudad se accede a través del Siq, que es un estrecho cañón de un kilómetro de longitud, que en algunos puntos alcanza los 80 metros de altura; recorrerlo es toda una experiencia que como premio, al final del camino, tiene la fachada de “El Tesoro” o “Al-Khazneh”. Esta fachada, fue excavada en el siglo I en una roca que cambia varias veces de color durante el día y es una joya de la ingeniería; aquí se rodó parte de la película “La última cruzada”.

Ya en la ciudad, hay más de quinientas tumbas que han sobrevivido a los numerosos terremotos, un gran teatro romano para tres mil personas, obeliscos, templos y el impresionante monasterio Ad-Deir, al que se accede tras subir 800 peldaños excavados en la roca; dos museos, el Arqueológico y el Nabateo, muestran la visión histórica del conjunto; tampoco hay que perderse el santuario del siglo XIII, construido en la cumbre del monte Aarón, en la zona del Sharah. En Petra, con una buena cámara de fotos y los constantes cambios de color de sus rocas, conseguirás inmortalizar buenos momentos a cualquier hora.

2. Wadi Run

Apasionante

Es uno de los desiertos más grandes del mundo y una de las grandes joyas de Jordania. Se extiende a lo largo de más de un centenar de kilómetros de arena roja, siendo el Valle de la Luna, con paisajes prácticamente extraterrestres, su principal atractivo, donde no faltan grandes cañones y millones de estrellas al anochecer. En el templo nabateo, situado junto al Centro de Visitantes, se encuentran los primeros petroglifos realizados por nómadas del siglo II a.C; también en el barranco de Khazali se pueden ver, en el interior de una grieta, inscripciones de la cultura tamúdica.



A lo largo del desierto, es posible seguir las huellas que dejó, durante la revolución árabe contra el imperio otomado, el príncipe Faisal Bin Hussein, conocido como Lawrence de Arabia, siguiendo localizaciones en las que se rodó la película, como la formación rocosa denominada los Siete Pilares de la Sabiduría. No te pierdas los Puentes de Roca: Wadak, Burdah y Umm FruthM este último, se encuentra sobre una pequeña colina y Burdah es el más alto, situado a 80 metros de altura.

Equiparte con agua y protectores solares como crema y gafas, calzado cómodo, ropa adecuada - incluyendo la de abrigo para las noches - y contratar un guía, son los mejores consejos para visitar este increíble lugar.



3. Mar Muerto

Limpieza de piel y de espíritu

El mar Muerto, es el lago salado más bajo del mundo, diez veces más salado que el Mediterráneo. Está situado a más de 300 metros bajo el nivel del mar; no existe ningún tipo de vida en él, de ahí su nombre; su agua procede del río Jordán y se consideran uno de los limpiadores más sanos para la piel, estando indicada para quienes sufren psoriasis, por su alto contenido en minerales como sodio, hierro y potasio.

En la zona, a pesar del calor, se pueden realizar numerosas actividades deportivas y visitas organizadas. Existen hoteles privados y playas de spa o playas públicas en Ein Bokek o Ein Gedi.


“El mar muerto es una maravilla de la naturaleza, el punto más bajo de la tierra. Hay que cuidarlo; en la década de 1930 tenía cerca de mil kilómetros cuadrados y hoy no llega a los 650”

4. Amman

La capital del reino

La capital del Reino Hachemita de Jordania es su centro comercial, industrial y administrativo. Entre sus principales atractivos está la Ciudadela, uno de los lugares más antiguos del mundo que no ha dejado de estar habitado por diferentes culturas. Se encuentra sobre la colina más alta de la ciudad, la antigua Rabat-Amman reúne numerosos restos romanos, bizantinos e islámicos tempranos y ofrece unas vistas de Amán sensacionales.

En el museo Arqueológico, ubicado en el Anfiteatro romano desde la prehistoria hasta la época romana.


El Templo romano de Hércules, cuyas enormes columnas son visibles desde toda la ciudad, es una de sus construcciones más representativas; también el palacio Omeya, con una preciosa cúpula de madera.

5. Jerash

La antigua Roma en Jordania

La antigua Jerash es una de las ciudades romanas mejor conservadas de todo el mundo y debido a su majestuosidad comparte protagonismo con Petra.

Perteneciente a la Decápolis, Jerash es considerada un perfecto ejemplo del gran urbanismo formal romano de provincias, que impera en Oriente Próximo.

Aquí verás el Arco de Adriano, un arco del triunfo construido para conmemorar la visita del emperador; también el hipódromo, un gran estadio con aforo para 15.000 espectadores, donde en tiempos se asistía a las carreras de cuadrigas. La plaza Oval, que conectaba el templo de Zeus con la avenida principal, está pavimentada con las piedras originales y rodeada de un conjunto de cincuenta y seis columnas del siglo I d.C. De la plaza, parte el cardo maximus o avenida de las Columnas, de 800 metros de largo, donde existe un mercado cubierto y donde es apreciable un sistema subterráneo de alcantarillado.

Al norte de la ciudad, se encuentra el templo consagrado a la diosa Artemisa, rodeado por 11 de las 12 columnas corintias que lo configuraban, aunque sus estatuas, hoy desaparecidas, eran, según cuentan, lo más hermoso de este templo.



En la misma avenida, se encuentra el Templo de Dionisio, que fue reconvertido en iglesia bizantina.

En Jerash encontrarás dos teatros, el Teatro Norte, junto a una de las puertas de la ciudad, es el más pequeño, pero de gran belleza belleza; el Teatro Sur, se utilizaba para pequeñas representaciones o para las reuniones del Consejo de la ciudad y a sus 14 filas iniciales de asientos, se unieron otras, que incrementaron su capacidad; en el centro del teatro, puedes descubrir la magia de su acústica.


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